Adiós Poeta

Adiós Poeta

Murió la rima, en sordo murmullo,

con el suspiro del alma que expira,

se fue muy triste, poema y barullo,

de un ser amado, que nunca se olvida.

Se fue el poeta, a su retiro,

dejó atrás, dolores de vida,

con su llanto, bañó al suspiro,

y con canción, dejó su alma vestida.

Juan Gabriel fue príncipe y mendigo,

vivió intenso, su vida profunda,

al pobre siempre le dio su abrigo,

y al niño protegió, del alma inmunda.

Fue lo que fue, nunca pidió excusas,

su risa y cantar, tantas heridas curó,

no importa, quienes fueron sus musas,

pues bendiciones, a muchos el dio.

Partió el cuerpo, se queda el recuerdo,

se fue el cantor, quedaron canciones,

nunca se va del hombre el acuerdo,

del buen vivir y sus emociones.

Adiós poeta, aquí guardo tu sentir,

en tu voz amiga, que me ayudó a vivir.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

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Dedicado a Juan Gabriel el divo de Juárez

Brillo inusual

Brillo inusual

Hoy vi tu mirar, hermoso,

tenía un reflejo inusual,

la luz buscó, refugio fogoso,

como en escondite casual.

De miel su color radiante,

y también, también su dulzura,

en mi mente de poeta errante,

no había más linda criatura.

Y no pude evitar, la risa,

esa nerviosa reacción,

que nos dice cuan aprisa,

late… late el corazón,

si el lugar de amor, se pisa.

Autor: José Prado

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Tú y el mar

Tú y el mar

¿Como he de comparar tu belleza?

¿Como saber de tu desvarío?

Que a las almas embelesas.

¿Como he de ver tu brío?

Que es como el viento bravío,

que mueve a olas traviesas.

Tú y el mar, hermosa comparación,

es como si fueran hermanos,

como si caminaran de las manos,

con un mismo, humano corazón.

A veces tempestuosos,

otras veces tiernos, calmados,

son ambos caminos sinuosos,

muy dulces y acaramelados,

suaves, anhelados, sabrosos.

Tú y el mar, carácter y mujer,

como olvidarles, tan bellos,

si ambos tienen los destellos,

del creador de todo ser,

amantes y poderosos aquellos,

con sentimientos del querer.

Autor: José Prado

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Alborada medieval

Alborada medieval.

Ha llegado la paz al alma,

esa que destruye el dolor,

con el ansia, deseo y calma,

que solo consigue el amor,

todo es fuego y luz en el alba,

que derrite, la soledad con calor.

Te imagino, en otro tiempo,

en otro bello y sencillo lugar,

es que en mi sueño siento,

que olvidé el dolor y llorar,

porque estoy muy atento,

a tu alborada medieval.

Solos en un alto camino,

castillos de amor, muy atrás,

aseguran mi nuevo destino,

donde no me preocupo ya más,

pues se borró el desatino,

que a Dios gracias, no volverá jamás.

Autor: José Prado

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Piano de amor

Piano de amor

No lo pienses mujer, en celo,

tócame y bésame con sentir,

y los placeres, del mismo cielo,

déjame aquí en la tierra vivir.

Déjame ser, un instrumento decano,

y que los sonidos de mis amores,

como la tierna melodía de un piano.

te dejen oír, mis sueños cantores.

Pasa tus dedos por mi cuerpo,

como teclas sonoras de piel,

pues en canción de amores, te ufano,

con mis quejidos de amante fiel.

No lo pienses más, tócame,

con ese desatino humano,

y sin más espero… ya ámame,

con el sutil toque de tu mano.

Seré siempre, tu piano de amor,

y cada vez, que de amor tengas antojo,

solo hallaras… mi beso y una flor,

pues a tu toque, nunca hallarás enojo.

Autor: José Prado

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¿Por qué no antes?

¿Por qué no antes?

¿Como quedó mi piel de hombre, en aquella noche?

Cuando se unieron, el sol y la luna en quimera,

cuando la sangre hirvió, como lava prisionera,

en un volcán de puro amor, en derroche.

¿Como olvidar tus labios carnosos?

En aquel cuarto, singularmente vacío,

donde nuestros cuerpos, siguieron el desvío,

de sexos crueles, ardientes y sinuosos.

Dime tú la verdad, que viene del cielo,

¿Donde nació, nuestra pasión escondida?

Allí entre besos y caricias perdida,

en aquel negro rincón, de pobre suelo.

Dime mujer hoy tan amada,

¿Por qué no hube de hallarte antes?

Y disfrutar estos bellos instantes,

antes de que la otoñal estación llegara.

Pero en verdad, ya no me lamento,

pues aquí a mi lado te encuentras,

y mi alma con ternura demuestra,

mi sentir hermoso y sin tormento.

Solo deseo que cuando cierre mis ojos,

en mi momento de vida final,

otros ojos… otros ojos no mirar,

cuando mi aliento parta, ya de hinojos.

Autor: José Prado

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A veces tarde

A veces tarde

Delicados momentos,

compartidos en ilusa realidad,

partieron lejos, sin la suave piedad,

pues traen dolor, por duros y oscuros sentimientos.

¿Cómo traer sentido, a fuertes y salvajes vientos?

Del celo obtuso, que confunde la verdad,

negando al amor, que sacrifica lealtad,

sin perder sus alientos.

Los tiempos nos demuestran los errores,

y la edad madura, a corazones pasionales,

dejando al final ver, lo que fue cierto.

A veces tarde, pues ya murieron los amores,

cuando el tiempo nos vuelve racionales,

aprendemos del querer, lo que hemos descubierto.

Autor: José Prado

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Faraones del universo

Faraones del universo

Se abre el cielo, esplendorosa alborada,

nosotros en clímax, de sentimiento,

dueños ambos, del alma enamorada,

y en la mente, aquel tierno pensamiento.

Emperadores somos y no miento,

¿Quien puede con un alma extasiada?

Que se refresca con el fuerte viento,

de una marea, sensual y desquiciada.

Somos faraones, de nuestro universo,

y reyes de nuestro mismo destino,

porque el amor mismo, él mismo nos guarda.

Vivimos libres del mundo perverso,

andamos de frente, el mismo camino,

y solo felicidad nos aguarda.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor.

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