Y volvió la soledad

Y volvió la soledad

Se fue la soledad, se fue un día,

cuando llegó, el alma de una mujer,

nunca, nunca esperé que volvería,

y que de frente la volviera a ver.

Volvió la bajeza, cruel de la vida,

que nos pone en desacato,

pues hace llorar la despedida,

aunque nos hizo feliz un rato.

Solo queda, con paciencia esperar,

a que parta, de nuestra vida de nuevo,

y que vuelva el tiempo de amar,

que dentro de mi corazón llevo.

Pero hoy volvió la soledad,

volvió el silencio a mi noche,

ese que hiere sin piedad,

y al humano vuelve fantoche.

Se fue la risa, que me llenaba,

que todo… todo me hizo olvidar,

por que mi vida enamoraba,

con la luz, con la luz de su mirar.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

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Labios de noche

Labios de noche

Noche oscura, negro su entorno,

como si el espacio universal,

en un tiempo, elegante y celestial,

buscara en tu cuerpo un adorno.

Labios de noche, labios de mujer,

que son, como la sangre rojos,

y en la oscuridad de hinojos,

buscan una muestra de querer.

En la soledad de espanto,

que cubre tus querellas,

tú eres de las cosas más bellas,

y sin embargo, te cubre el llanto.

Mujer con labios de noche,

olvida tus pasados resabios,

y deja que te besen, otros labios,

con amor de hombre, en derroche.

Mañana, cuando amanezca,

veras que brotará, otro amor,

que como el cáliz, de una flor,

por tu belleza florezca.

Autor: José Prado

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Día de enamorados

Día de enamorados

Hoy es un día especial, día de enamorados,

hoy en tus manos, entregué mi corazón,

fue una acción bella, pues desesperados,

estaban mi alma, sentir y razón.

Hoy te regalé, símbolos esperados,

un anillo, unas flores, en un tazón, 

hecho él, con mis dedos entrelazados,

y con fibras, de una bella ilusión.

Hoy como siempre, te dije un te quiero,

con deseo natural, vivo y sincero,

con un amor bello, tierno y singular.

Hoy como siempre, me escondí en tu calor,

calor de madrugadas, con tu dulce olor,

que me hace al tiempo si… al tiempo olvidar.

Autor: José Prado

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Capullo marchito de rosa

Capullo marchito de rosa

Pasé por un jardín abandonado,

vi al pasar, el capullo de una rosa,

mustia, casi marchita había quedado,

aunque tiempo atrás, quizás fue hermosa.

Su color oscuro, triste y olvidado,

me mostraba una vida, dura y odiosa,

su ramal, era roto y deshojado,

su condición, era en fin horrorosa.

Toqué con mi mano, sus pétalos,

se separaron, dialipétalos,

y se apareció, rampante la rosa.

Bella, roja, sensual, provocadora,

ante mi acción, abriose pecadora,

con la pasión, nueva, joven y hermosa.

Autor: José Prado

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Un suspiro mi amor

Un suspiro mi amor

Un suspiro, mi amor solo un suspiro,

que salga… de tu boca adorada,

una exhalación, que me deje sin respiro,

cuando hagamos, el amor de madrugada.

Un suspiro, de ansias y locuras,

que me llene, de sangre el corazón,

con las ansias y las amarguras,

que traen de una… de una la pasión.

Un suspiro, mi amor solo un suspiro,

que alegre todas mis mañanas,

que dejen mi alma, cuando respiro,

agitada, como corriendo en la sabana.

Deja que corra por mis venas,

el amor, que llena mis sentidos,

porque con él, se van las penas,

y quedan calmados… los recuerdos vividos.

Autor: José Prado

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Porque estas aquí

Porque estas aquí

¿Cuan triste seria la luna mujer?

Si no estas ahí para mirarla,

¿Cuan dura es la noche querer?

Si no estas ahí para soñarla.

¿Como puede ser que a solas llores?

Cuando en mi, hay para ti tanto amor,

si mis versos son, para ti mis flores,

y en mi corazón, hay para ti solo candor.

Olvida ya aquel tiempo pasado,

deja que yo cubra, tus viejos dolores,

con besos y caricias, de enamorado,

que eleven a ti, mi sentir y valores.

¿Cuan triste seria, la luna mujer?

Sin tu mirada, tierna y vivaz,

sin la presencia de tu ser,

y tu palabra suave y locuaz.

Por eso hoy, que estas aquí,

la luna es azul y adorada,

todo es alegría porque en ti,

nació para mi, nueva alborada.

Autor: José Prado

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