Tacto
ardiente
Mírame
con ojos enamorados,
con
la luz intensa, de la pasión,
esa
que llena, el cuerpo y corazón,
con
un deseo de colores dorados.
Toca
mi vientre, con dedos alados,
descalabra
mi sentir y razón,
con
esa sana y fuerte desazón,
que
causan orgasmos, desesperados.
Ámame
así, sin rubor ni recato,
con
tacto ardiente, y descaro innato,
con
un amor de fiera, sin rubor,
Porque
mi sexo vuela, como brisa,
él
nunca se apura, no tiene prisa,
no
quiere se acabe, nuestro amor.
Autor: José Prado
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