Vida
rencorosa y dura
Cuantos
dolores soportó mi corazón,
y
nunca te culpé con resabios,
nunca
perdí de ti la ilusión,
nunca
te ofendí con mis labios,
siempre
mantuve en mi razón,
el
recuerdo de tu pintalabios.
La
santidad, nunca me caracterizó,
la
hipocresía, esa tampoco,
siempre
te amé cuando amaneció,
sin
pensarlo como un loco,
porque
tu cuerpo una vez me dio,
la
pasión de tu amor, poco a poco.
Pasó
el tiempo, como el viento,
rápido,
fugaz y altanero,
nunca
dejé de ser atento,
fui
humilde y verdadero,
quizás
tuve un mal momento,
pero
siempre fui muy sincero.
Mi
alma he mantenido pura,
como una blanca y tierna rosa,
he cuidado de regalar ternura,
y de evitar traición tenebrosa,
pero la vida rencorosa y dura,
hirió mi día, con soledad dolorosa.
como una blanca y tierna rosa,
he cuidado de regalar ternura,
y de evitar traición tenebrosa,
pero la vida rencorosa y dura,
hirió mi día, con soledad dolorosa.
Autor: José Prado
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