Embeleso tranquilo

Embeleso tranquilo.

Hoy te he sentido tan cerca,

parecía, parecía te tocaba,

como a esa elusiva perca,

que el solitario pescador, buscaba.

Hoy te añoré tanto, tanto,

que de tanto hacerlo lloré,

con ese sentimiento santo,

que yo por tu amor logré.

Hoy quise hacerte el amor,

hoy soñé con tus besos,

con ese ardiente calor,

de tu risa y embelesos.

Entonces me dije, espera,

ya mismo vas a partir,

hacia aquella primavera,

que con ella has de compartir.

Y con ese soñar tranquilo,

recosté mi cabeza,

y seguí de aquel sueño el hilo,

disfrutando su belleza.

Autor: José Prado

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Que sola estás en tu casa

Que sola estás en tu casa.

Que sola estás, allá en tu casa,

Descansando, sin nada que hacer,

leyendo un libro, tu cuerpo amordaza,

todo tu deseo oculto, de mujer.

Tu cabello suelto, descuidado,

tus ojos marchitos sin deseo,

olvidado el arreglo y el cuidado,

no es tu silueta la que veo.

Porque extrañas mis momentos,

pero no lo quieres reconocer,

testarudos sentimientos,

esos que a veces tiene, el querer.

Que sola estás, allá en tu casa,

que tristeza, para mi tu figura,

tú que eras libre torcaza,

hoy eres una triste criatura.

Despierta ahora, no te dejes caer,

Dios no castiga nuestra locura,

ni nuestro tiempo, hace perder,

por eso busca, una nueva aventura.

Autor: José Prado

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Honduras, donde se escondió el amor

Honduras, donde se escondió el amor

Tierra de nubes, de sol y montañas,

allí encontré yo, muy solo al amor,

escondido estaba, con tristeza y saña,

frío pero hermoso, le faltaba calor.

Tenia piel de cobriza aceituna,

ojos de acaramelada almendra,

fresco su aroma, de rica tuna,

curvas exóticas, de ardiente hembra.

Allá en la alta y antigua cima,

allá entre verdes laderas,

nació el sentir que anima,

en el movimiento, de tus caderas.

Tierra catracha, tu Honduras,

hizo que mi sentimiento suba,

con mezcla de elixires y lisuras,

se unieron tu tierra, tu tierra y mi Cuba.

Autor: José Prado

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Nostalgia de mujer

Nostalgia de mujer

Mirando el atardecer, tu pelo suelto,

la luna nace, entre nubes revoltosas,

todo tu pensamiento envuelto,

en una aureola, libre y tumultuosa.

Recuerdos de romances ardientes,

que hoy muy lejos han partido,

están los besos aún vigentes,

y de tu mente mi toque, no ha huido.

Sentada en la orilla, viendo el mar,

dejas el viento, copie mis caricias,

esa mi forma fresca de amar,

que fueron para ambos, mil delicias.

Tu mente vagando, en el horizonte,

tu corazón es del mar el abismo,

yo soy de mi tierra, el alto monte,

que en erupción, nos convierte en sismo.

Golpe de volcán, fuerte y salvaje,

violenta la furia de tu huracán,

ambas fuerzas de recio linaje,

que nunca, nunca se acabarán.

Nublado y gris este atardecer,

porque está lleno, con nostalgia de mujer.

Autor: José Prado

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Déjame regalarte una rosa

Déjame regalarte una rosa

Hay tanto sentir en mi mente,

que arranqué de mi rosal una flor,

para dártela tiernamente,

y demostrarte todo mi amor.

Me recosté suave, a tu espalda,

y con el toque de mi mano,

sentí tu piel, esa que escalda,

pues nuestro amor, no es humano.

En el caballero, lobo salvaje,

dentro de la dama, fiera razón,

pues animal es el linaje,

que rige nuestro corazón.

Déjame regalarte una rosa,

guárdala en tu cabellera,

se mantendrá hermosa,

hasta que llegue la primavera.

Entonces el apareo natural,

unirá nuestros cuerpos,

en esa locura genital,

de cóncavos y convexos.

Deshojaré entonces la rosa,

que tu cabellera guardó,

con la ferocidad airosa,

que en mi sexo quedó.

Autor: José Prado

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Tantos, tantos

Tantos, tantos.

Hube soñado tantas veces,

tantas veces, he desvelado,

han pasado ya tantos meses,

y al fin, me siento enamorado.

He buscado tantos sueños,

he pensado tanto en que hacer,

cuando después de mil empeños,

llegara a mi una buena mujer.

Y hoy después de tantos, tantos,

de tanta búsqueda de amor,

se acabaron mis quebrantos,

llegó tu tierna risa y candor.

Hoy cambié los tantos si,

pues ya tengo sueños, amor y risa,

porque te tengo, mi reina a ti,

adornando de mi vida, su repisa.

Tengo al fin, tu negro pelo,

tengo tu cuerpo entero,

tu mirar de terciopelo,

tu sexo recio y artero.

Todos esos tantos, ya borré de mi,

porque hoy Dios, me regaló a ti.

Autor: José Prado

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Felicidad

Felicidad

Me he enamorado de tu perfil,

de tu rostro, tu ser, y tu dulzura,

de tu piel ceniza como el marfil,

y de tu toque lleno de ternura.

De tu cabello negro, diamantado,

de tu figura recia y llena de ardor,

todo eso me tiene loco, encantado,

con un sentir, lleno de puro amor.

Hoy junto al cielo, se unió el horizonte,

se llenó el día, con canto de sinsonte,

porque estoy lleno de felicidad.

No hay cielo en oscuridad nublado,

todo es claro, limpio y perfumado,

porque soy todo dueño, de tu beldad.

Autor: José Prado

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José José

José José

Espera un poco, un poquito más,

deja descansar tu recuerdo, en mi almohada,

como parar el reloj a donde vas,

si tu cantaste al desamor, que degrada.

Con experiencia supiste, que el amor acaba, 

que un hombre puede ser gavilán o paloma,

que un amor traicionero, mucho dolor dejaba,

y un corazón triste llora, hasta que el sol asoma.

La vida pasa, como la tuya ha pasado,

la suma de cuarenta y veinte sobrepasaste,

y hoy… Como hacer? Para olvidar tu legado,

ese que con tanta humildad nos dejaste.

Hoy soy el preso, de recuerdos bellos,

hoy se amar locamente a una mujer,

dormir envuelto en sus cabellos,

hoy se la diferencia, entre amar y querer.

Que se te pueda olvidar, lo dudo,

quizás yo he renunciado a ti,

al dejarnos, me dejaste mudo,

y mucho dolor, en mi pecho sentí.

Hoy me siento desesperado,

de la vida, soy un triste Payaso,

hombre que vive enamorado,

y cansado, del duro rechazo.

Tú me estas volviendo loco,

a partir de hoy, solo oiré tus canciones,

lo que no fue no será, tampoco,

pero siempre estarás, en mis ilusiones.

Adiós Príncipe de la canción,

contigo a Dios envío, una humilde oración.

Autor: José Prado

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Volvieron atrás los años

Volvieron atrás los años

Pasaron años, antes de que volviera,

el loco sentir, que tiene un amor,

y llegara la boca sedienta que supiera,

despertar en el tiempo el ardor.

Pasaron años niña mujer,

pasó mucho tiempo de añoranza,

corazones buscaron mi querer,

con loca y vaga esperanza.

Hoy al fin unos labios me besaron,

echando hacia atrás el tiempo,

y una lluvia de te quieros dejaron,

sin sonidos al mismo viento.

Hoy me secaron el sexo,

hoy me inundaron de locura,

hoy me amansó el convexo,

una tierna y linda criatura.

Muslos fuertes y robustos,

caderas llenas de sensualidad,

suspiros que llenaron de gustos,

mis ansias de hombre en realidad.

Hoy volvieron atrás los años,

y se llenó mi pecho de sexualidad.

Autor: José Prado

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Cremallera

Cremallera

Déjame bajar, por tu bella espalda,

con el instinto de hombre, mi mano,

y déjame andar por ese llano,

que mi corazón, con pasión escalda.

Tomaré tu alma esclava, soy tirano,

levantaré, con descaro tu falda,

y deshojaré tu tierna guirnalda,

con la ufana experiencia, de un anciano.

Bajaré despacio, la cremallera,

que ruda me esconde, tu primavera,

y te amaré, con ardores profundos.

Suspiros nos llenarán, la alborada,

tu pelo cubrirá, nuestra almohada,

y te amará fiel, este trotamundos.

Autor: José Prado

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