Manzana de humo
Cerrada la noche, se cayó el desvelo,
salí a caminar, como caballero extraño,
pensaba en mil cosas, bajo el negro cielo,
mi corazón tenia soledad, ya más de un año.
Comía una manzana, deprimido,
y cerré mis ojos con timidez,
y allí sumido, en el cruel olvido,
pasó el tiempo travieso, con rapidez.
De pronto miré, entre mis manos,
mi manzana mordida, emanaba humo,
y yo no fumaba, ni tenia habanos,
de mi manzana rara, no salia zumo.
Abrí y cerré mis ojos, traté de despertar,
pero el recuerdo humano, de un bello rostro,
se formaba del humo, con mi suspirar,
y me di cuenta, del dolor que arrostro.
Bajé la cabeza, con humildad,
añoré tus momentos de amor,
y sentí una inmensa debilidad,
recordando tu risa y candor.
Desperté y mi manzana de humo,
había caído en un…,en un lodazal,
pobre manzana, no tuvo consumo,
por un sueño malvado, de origen virtual.
Autor: José Prado
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