excitando al corazón;
dejas que corra mi mano,
por tu busto, por tu cuello,
sonríes y gimes de placer,
porque hacer el amor es bello.
Mueves tus caderas,
al sonido de un diapasón,
que nace de las palmeras,
de mí música y mí son,
beso tu cuello esbelto,
y tus labios con pasión,
para recoger de tu cuerpo,
el sonido del amor.
Y entonces como cascada,
se desborda nuestro amor,
en un orgasmo de vida,
que me llena de ilusión,
porque tú cara refleja,
el deseo, y la alegría,
esa, esa que solo hallo,
cuando amas en tus días.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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