¿Por
qué no antes?
¿Como
quedó mi piel de hombre, en aquella noche?
Cuando
se unieron, el sol y la luna en quimera,
cuando
la sangre hirvió, como lava prisionera,
en
un volcán de puro amor, en derroche.
¿Como
olvidar tus labios carnosos?
En
aquel cuarto, singularmente vacío,
donde
nuestros cuerpos, siguieron el desvío,
de
sexos crueles, ardientes y sinuosos.
Dime
tú la verdad, que viene del cielo,
¿Donde
nació, nuestra pasión escondida?
Allí
entre besos y caricias perdida,
en
aquel negro rincón, de pobre suelo.
Dime
mujer hoy tan amada,
¿Por
qué no hube de hallarte antes?
Y
disfrutar estos bellos instantes,
antes
de que la otoñal estación llegara.
Pero
en verdad, ya no me lamento,
pues
aquí a mi lado te encuentras,
y
mi alma con ternura demuestra,
mi
sentir hermoso y sin tormento.
Solo
deseo que cuando cierre mis ojos,
en
mi momento de vida final,
otros
ojos… otros ojos no mirar,
cuando
mi aliento parta, ya de hinojos.
Autor: José Prado
@Derechos reservados
por el autor
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