Distancia ilusa

Distancia ilusa

Como te veo en mis sueños, musa hermosa,

como recuerdo tu cuerpo y mirada,

tan lejos tú, en mi cruel vida andrajosa,

que te aleja día a día, de mi alborada.

Eres viento y en el vuelas mariposa,

miro al cielo y allí, allí estas estampada,

con un transparente color de rosa,

con el vivo color, de tu mirada.

¿Cómo pretende la distancia ilusa?

Alejarte de mi cuerpo, bella mujer,

si no vivo, ni siento sin tu toque.

¿Por que la vida me tienta, me abusa?

Si todo mi tierno y puro querer,

ya nada lo detiene en su desboque.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

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Tus pies

Tus pies.

Loco fetiche, música de amor,

mis manos paseando, por tus bellos pies,

como si tocara, un laúd con candor,

admirando cómo, con placer me ves.

Hermosos dedos, teclas de pasión,

en locura de besos, me extasío,

es como si el mismo, dulce corazón,

se dejara llevar, por un tierno hastío.

Pies de princesa, tu alma primorosa,

¿Cómo dudar, de tu paciente ilusión?

Si me guías con tus pies, de fina diosa, 

al mismo origen, de mi ilusa razón.

He vuelto a ser yo, vida enamorada,

sintiendo el calor, de aquella mirada.

Autor: José Prado

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Evocando tiempos de antaño.

Evocando tiempos de antaño.

Es como aspirar, el suave aroma de una flor,

es como si… evocando esos amores de antaño,

se obviara por completo, la tristeza y el dolor,

que hubimos de olvidar, pues nos hizo mucho daño.

Así es el pasado, maestro estricto y enamorado,

al final nos recuerda, el error, y el desacierto,

en las arrugas de aquel rostro, duro y alterado,

con vejez de tiempos, pero sabio desconcierto.

Es como si robando, el perfume de una rosa,

nos devolviera vida, recordando momentos,

como si mirando, el vuelo de una mariposa,

pudiéramos recuperar, viejos sentimientos.

Por que al pasar la vida, con aquel día, mes y año,

llega la paz recordando aquel tiempo, de antaño.

Autor: José Prado

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Encima de mis pies

Encima de mis pies

El mágico momento de amor,

que derrite los cimientos,

con mis locos pensamientos,

que me inspiran con candor.

Tu mirada, nuestro sudor,

como iban a robar alientos,

pues tu beso fue esa flor,

que se movió con mis vientos.

Allí encima de mis pies,

ardió tu boca de pleno,

con fuego mismo de tu ser.

Así mismo como ves,

quedó mi corazón lleno,

con tu gesto del querer.

Autor: José Prado

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Renovando mí sentir

Renovando mí sentir

Dormida en el solaz plenilunio,

tu cuerpo dejado, en el descanso,

en aquel cálido mes de Junio,

flota en mis sueños, y no canso,

recordando el infortunio,

de tu lejano cabello manso.

Dormida mujer, hoy mi vida,

dejaste libre en aquel febrero,

nunca más, volví a sentir perdida,

mi alma de hombre pendenciero,

y aún esperando tu venida,

mi sentir por ti… aullaba prisionero.

Dormida mujer, que tanto anhelo,

recuerdo te vi, por vez primera,

recuerdo cuando avisté tu pelo,

de mujer bella y altanera,

que con tu risa y con desvelo,

adornaste mi loca vida, bandolera.

Hoy ya pasó, el tiempo y su desgano,

hoy cada día, despierto a tu lado, 

y al tenerte aquí, aquí en mi mano,

no olvido de mirarte enamorado,

y recordar mis sueños del pasado,

renovando mí sentir apasionado.

Autor: José Prado

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Para que sepas huracán

Para que sepas huracán.

Como la ley marcada, sin exclusión,

después de tormenta, viene la calma,

a veces llena, de un dolor que empalma,

y que para algunos, no tiene solución.

Solo el cobarde, sin imaginación,

asume que la destrucción desalma,

y porque aquel viento, rompió a una palma,

sus consecuencias, no tienen solución.

Pero el valiente, avanza como titán,

se embravece, como el poderoso volcán,

y a vencer la maldad, su alma provoca.

A lucha brava, no detiene un huracán, 

porque la causa es noble, ya buscaran,

hombres valientes, la solución que toca.

Autor: José Prado

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Dedicado a todas las victimas del huracán Mattew.