Curación
de amor
Dejaré
que corra el tiempo, fascinado,
dejaré
que llegue la noche, a deshora,
para
que mi vista, arrobada ahora,
no
olvide mi sueño, enamorado.
Miraré
tu rostro, allí en mi lecho,
tus
ojazos abiertos al amor,
que
guardan el tierno candor,
de
los frescos y verdes helechos.
Tu
ropa abierta, sensual y roja,
tu
mirada clara, e ilusionada,
tu
alma bella, que olvidada,
dejó
atrás, atrás mi paradoja.
Que
belleza hay en mi vida,
tranquilidad,
sin desconsuelo,
porque
me llevaste, al mismo cielo,
y
mi corazón sanaste, de su herida.
Quédate
ahí, quieta, recostada,
deja
que te mire, sin cansarme,
pues
tanto costó, el enamorarme,
para
que mi alma, esté hoy curada.
Autor: José Prado
@Derechos reservados
por el autor
USA