Divina
osadía
Dormida
descansando, lindo momento de amor,
tu
piel tersa y bella, me declara lo que ansía,
el
recuerdo de mis labios, que en tembloroso ardor,
recorrieron
tu sexo, con ilusa gallardía.
En
mis ojos tu hermosura, que mi vida con candor,
con
inesperada dulzura, ya mi corazón regía,
no
dejaba dormir, en mi noche que hoy tenía color,
ya
aunque sin querer, llegaba fiel, la luz del día.
Ya
despierto en la mañana, aún en mi boca tu sabor,
di
gracias a dios, por haberme dado la osadía,
de
enamorarte y amarte, sin dudas y sin temor.
Porque
hoy mi vida goza, aquella sabiduría,
que
me hizo escoger, de entre muchas, la bella flor,
que
para alegrarme mi dios, amándome quería.
Autor: José Prado
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por el autor
USA
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