Quédate en mi espalda
Recuesta tu rostro, a
mi espalda,
déjame sentir, tú tibia
respiración,
pues mi piel, tu
aliento escalda,
y de una, paralizó mi
corazón.
Deja en mi espalda un
beso,
y en mi boca, el paso
de la ilusión,
que mi cuerpo, sienta
el peso,
que trae consigo, la
humana pasión.
Pues la marca de tu
boca, no se borró,
dejaste en mi pecho,
marcado con uñas,
el sentir voluptuoso,
que atiborró,
mi alma, con aquel
sentir que acuñas.
Ahora descansa
tranquila, sin temor,
porque mi sentir fue
leal y puro,
su nombre no fue otro,
que amor,
contra ese sentir, no
existe conjuro.
Deja que pasen los
años, inquietos,
deja que la vida diga,
a donde vas,
y que te ponga ella,
sus retos,
yo se… yo se que los
vencerás.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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