Reina
rosa
La
noche cerró su negro manto,
con
su vil y oscuro, total derroche,
sobre
aquella rosa, con espanto,
que
se colocó en el piano, como un broche.
Sobre
sus teclas de tiempo,
quedó
flácida y dormida,
maltratada
por el lempo,
que
cruel, le arrancó la vida.
Así
tantas mujeres, lloran,
sobre
sus lechos deshojadas,
por
malos hombres, que devoran,
hoy
sus vidas maltratadas.
Déjala
ahí viejo piano, que descanse,
para
que olvide al fin, sus dolores,
iré
a buscarla, la llevaré a Remanse,
para
que olvide allí, sus horrores.
Le
daré besos, en su tallo,
le
daré caricias en su vientre,
para
que de a poco, y sin fallo,
mi
amor, en su corazón se adentre.
Rosa
bella ya… ya no llores,
eres
para mí, la reina rosa,
dueña
de mis amores,
aún
deshojada eres… eres mi Diosa.
Autor: José Prado
@Derechos reservados
por el autor
USA
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