Deuda de amor.
Una noche deje partir
a una mujer buena,
que de forma serena
se fue de mi jardín.
Nunca me sentí más ruin
pues
sabia no era capaz,
de poder hacerla feliz
y no se por que sentí paz.
Nunca pidió más que amor
pero como una pesadilla,
al percibir su candor
flaquearon mis rodillas.
Se mi Dios la hará feliz
lo se
porque es buena,
y el le hará recibir
el pago por su faena.
Yo a el mientras tanto
una
deuda he de pagar,
es una
deuda de amor
aunque nunca vuelva a amar.
Autor:
José Prado
@Derechos
reservados por el autor
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