Idilio astral
Salio el lucero
de la noche
a pasear su
madrugada,
alumbraba reina
luna
sus pisadas de
alborada,
y en su lento
transitar
sin algún recato,
miro bajo la
falda
de la Luna su
agasajo.
Se ruborizo la
lumbrera,
con enojo
motivada,
pero al ver al
lucero,
se quedo ella enamorada;
el con sus ojos
abiertos
asombrado la
miraba,
luna tierna, y
hermosa,
reina de bella
mirada.
Y por una vez el
cielo
ese año los dejaba,
que el lucero, a
la Luna,
mucho se le acercara,
y como en una
postal
quedo la imagen
plasmada,
de un lucero
cariñoso,
y una luna
enamorada.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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