Tarde de lluvia y recuerdos

 Tarde de lluvia y recuerdos

Tarde con aguacero cerrado,

que inspira, mi eterno versar,

con una musa, que enamorado,

me hace, muy profundo suspirar.

Recuerdos lejanos del amor,

que atormentan mi mente,

que solo tú, puedes aliviar

tú, bella mujer solamente.

Recuerdos de cuerpos pegados,

en el digno esfuerzo del amor,

sexo con sexo, ambos aunados,

en un solo aliento de pasión.

Indistinto movimiento,

vaivén, subir y bajar,

gritos y sentimientos,

lenguas, calor, y besar.

Y en esta tarde de agua cerrada,

tarde en que mi ardor,

trae recuerdos tan dentro,

de mi triste corazón.

Bajo esta lluvia sentida,

y su sonido singular,

siento el deseo de amarnos

por una…una vez más.

Autor: José Prado

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Disfrute del amor

Disfrute del amor

Mañana era, cuando desperté,

soñoliento abrí mis ojos,

no sabía ¿Por que sentía enojo?

hasta que a mi lado miré,

¿Como olvidar tus poses?

¡Como yo no recordé!

Y dormido me quedé,

después de tenerte esa noche.

Me acerqué a tu cara, lento silente,

tanta belleza junta, que admirar,

tanta lujuria, y pasión que contar,

tanto deseo y yo… yo inconsciente,

mordí mi boca con rabia,

pensando que no te supe amar,

y de pronto al despertar,

sonreíste, mujer sabia.

Era como si leyeras mi mente,

y con descuido natural,

dijiste: estuviste genial,

mi hombre loco, y demente,

tuve que reír nervioso,

pensando que me halagabas,

porque yo no recordaba,

nuestro amor tempestuoso.

Entonces con sencillez grandiosa,

como una felina juguetona,

desnudaste tu persona,

descubriéndote preciosa;

reaccioné como un loco,

salté como un tigre en celo,

se acabaron mis desvelos,

al amarte poco a poco.

Me dijiste al oído, un rumor,

papi me gustas, yo te quiero,

y sentí que fue verdadero,

tu disfrute… tu disfrute del amor.

Autor: José Prado

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Bello destino

Bello destino

La atmósfera estaba caliente,

la tormenta obviamente llegaba,

el cielo era negro, presagiaba,

un atroz cataclismo inminente.

Huye corazón, huye de la destrucción,

no esperes que llegue la tormenta,

ese ser, que ama con la urgencia,

que desata tu deseo, y tu ilusión.

Yo que tanto, tanto he obtenido,

tan codiciado, y buscado vino,

que embriaga, al ufano corazón.

Aprendí que el más bello destino,

no es el placer, ardiente camino,

es más bien hallar, verdadero amor.

Autor: José Prado

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Te hablaré de mí

Te hablaré de mí

Hay noches que no tienen fin,

de silencio y soledad,

de momentos que tanto duelen,

porque tú… porque tú no estas;

te hablaré hoy cielo mío,

pues nunca esta de más,

que sepas que mi vida solo vivo,

recordando tu dulce amar.

De dormir sin tu cuerpo,

de no sentir tranquilidad,

de que no pasa el tiempo,

porque a mi lado no estas;

te hablaré cielo mío,

con mucha sensibilidad,

para que nunca dudes,

de mi falta de felicidad.

Pronto en ti quedará dibujada,

la figura de mi olvidado amor,

con la paciencia, y el dolor;

de tu solitaria madrugada,

sabrás entonces mi secreto,

mi secreto de pasión,

y entenderás porque no late,

sin ti… sin ti mi corazón.

Autor: José Prado

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Tu mirada

Tu Mirada

Como la clara espuma,

que se forma entre brumas,

cuando el agua poderosa,

cae de pleno en la cascada,

así es mujer hermosa,

así de fuerte tu mirada.

Como el límpido espejo,

que colorea al mar,

transparente como el cielo,

es el color de tu mirar,

que me cubre con su velo,

cuando quiero despertar.

Como la acción de amor

de una gata a su camada,

a los que lame con dulzura,

su piel ensangrentada,

en el momento de lisura,

así de tierna es tu mirada.

Como vivo recordando,

el poder de tus mañanas,

la ternura de tus ojos,

y el amor de tu alborada,

¿Cómo podría olvidar?

El sentir de tu mirada.

Autor: José Prado

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Tengo ganas

Tengo ganas

A veces tengo ganas de reír,

tú y yo juntos en mi cama,

sentir tus pies calientes,

debajo de las sabanas;

quiero mover mi cuerpo,

en la noche, y sentir tu contacto,

y quedarme tranquilo en tu piel,

disfrutándote en el acto.

Tengo ganas de hacerte el amor,

tengo ganas de sentir tus momentos,

de estremecerme y soñar,

día, a día con tus tiempos;

quiero dejar encubierto,

en tu cuerpo mi señal,

que todos sepan que eres mía,

porque no tengo rival.

Tengo ganas… ganas de ti,

de tu reír y de tu enojo,

de que estés dentro de mí,

y en el color de mis ojos;

disfrutando tu belleza,

con ese tu poder sin igual,

darte un beso en mis noches

y en tu pecho, al fin descansar.

Autor: José Prado

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Siempre feliz

Siempre feliz

Tu risa a flor de labios, es tu bandera,

no te inmuta el dolor, odias el llanto,

no desesperas, como pasa a otro cualquiera,

te llamas Reyna y en ti, no hay quebrantos.

Tus ojos brillantes, alumbran al mundo,

con esa alegría, que por ser sin igual,

no escoge amigos, pues para amar,

pues para amar, amas a lo rotundo.

Pediste letras, a este loco poeta,

que admira la belleza de una mujer,

y fue tan fácil, escribirte en este papel,

que guardé con cariño, en mi libreta.

Belleza caribeña, como un tapiz,

cubre tu linda piel, tersa trigueña,

pero de todo, la más bella seña,

es que siempre… siempre eres feliz.

Autor: José Prado

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Te escribiré un poema de amor

Te escribiré un poema de amor

Te escribiré un poema de amor,

que te diga mi sentimiento,

que deje mi alma expuesta,

hasta al despiadado viento.

Te escribiré un poema de amor,

pues cada día te necesito,

y quiero dejar por escrito,

mi gran mi dilema con valor.

Como es de extraña una rosa negra,

porque muy agreste es su color,

esto que yo, en mi alma por ti siento,

enloquece, es extraño al corazón.

Necesito el sabor de tu boca,

que guardado, tengo en mis labios,

en un éxtasis de alma loca,

que es de mi alma un relicario.

Te escribiré un poema de amor,

manchado el mismo papel,

con el néctar de tu cuerpo,

que se quedó en mi piel.

Por eso, porque no te olvido,

y en mi boca tengo tu sabor,

que remedio, a mí me queda,

sino escribirte un poema de amor.

Autor: José Prado

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Noche de fiesta

Noche de fiesta

Estrellas llenaban la noche, y había fiesta,

dos amantes, a quien la luna dispensaba luz,

para que no desviaran sus besos, y en quietud,

con fuego, pasión, piel con piel, acabara esta.

Reina de luces, las apagaba muy traviesa,

y aquellos cuerpos ardientes se revolcaban,

porque de amarse, y morderse, no cejaban,

en ellos solo había ardor, nunca tibieza.

La Luna que los miraba, tan enamorada,

gritó al sol ¡Demore! dijo su alborada,

que vive libre, la humana naturaleza.

Aguardó el sol y pensó, terminó el amor,

y cuando iba a salir, por fin con esplendor,

tuvo que nublarse otra vez, por sutileza.

Autor: José Prado

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¿Que sería de mí?

¿Que sería de mí?

No se que sería de mí,

si no tuviera tus momentos,

si tu figura no llenara,

con tu vida mis cimientos.

No se como aguantar,

esas locas ganas de amarte,

de tu cuerpo tomar su Cáliz,

todo en un eterno, instante.

No se que seria de mí,

si no supiera de tu vida,

de mis tardes contigo,

de un trago, sin medida.

No se que sería de mi vida,

si un día me levantara,

y no pensara en tu nombre,

como hago cada mañana.

Creo que no podría, pensar con calma,

si no pensara, mujer en ti,

si no tuviera tus deseos, en mi alma,

que sería… que sería de mí.

Autor: José Prado

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Señor Amor

Señor Amor

Señor amor, llegaste sin aviso, ni invitación,

de improviso, sin esperarte, inoportuno,

yo que amores, tenía más de uno,

de pronto, me llené de excitación,

me enamoré de su sensual mirada,

de su inusual, y agitada respiración,

me llenaste de tanta inspiración,

que no deseaba, llegara la alborada.

Señor amor ¿Por que fue traicionero?

dígame por favor, si nunca lo llamé,

si ni siquiera a mis años lo esperé,

¿Por qué me asaltó bandolero?

Y hoy escribiéndole, me doy cuenta,

que no molesta, ser su prisionero,

que es delicioso, además placentero,

que mi cuerpo, aún a usted lo sienta.

Dichoso yo, que a mi edad,

aún… aún lo puedo poseer,

y que a una bella mujer,

la llene hasta la saciedad,

gracias por no olvidarme,

por dejarme sentir pasión,

porque lejos de enojarme,

le agradezco… le agradezco señor amor.

Autor: José Prado

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Almas con hambre

Almas con hambre

Tu cuerpo, era de luna brillante,

era aquel vibrante maleficio,

valía en mi vida, el sacrificio,

mujer de fuego, celestial amante.

Nuestras bocas ansiosas se fundieron,

en un beso saboreado con sangre,

nuestras almas, tenían humana hambre,

nuestros deseos de fuego, se cumplieron.

Tus senos eran agudas montañas,

¡Dios! no hubo necesidad de mañas,

y nuestros ríos, crispados se crecieron.

Mi lengua, libaba con locas ansias,

miel dulce, que sin arrogancia,

en mis labios, con gemidos murieron.

Autor: José Prado

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Tengo ganas de escribir tu nombre

Tengo ganas de escribir tu nombre

Tengo ganas de escribir, 

y con trazos de cobre,

grabar todo mi sentir,

junto a tu nombre.

Quiero escribir mi Dios,

tengo la necesidad,

de escribir que te quiero,

que lo sepa la humanidad.

Tengo ganas de decirte,

que mi alma quiero regalar,

en un te quiero dibujado,

con espumas de la mar.

Flotar entre sus aguas,

azules, y nadar sin más,

a ahogarte con mis besos,

y solo puedas suspirar.

Tengo ganas de escribir,

poemas que te asombren,

diciéndote que te amo,

por eso escribo tu nombre.

Autor: José Prado

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Tengo ganas de ti

Tengo ganas de ti

Hoy tuve ganas de ti,

necesité tu cuerpo en el mío,

sentirte cerca de mí,

pues me cansaba el hastío.

Detesté la soledad,

odié la cruel distancia,

que separaba un beso tuyo,

de mis labios, y sus ansias.

Busqué refugio en tu imagen,

en una foto que tenia,

y cerré… cerré mis ojos,

imaginando que te veía.

No quise perder de una,

la ilusión de tu presencia,

y dejé mis ojos cerrados,

me abandoné a la indolencia.

Y me llené de paciencia,

cuando mis ojos abrí,

estaban llenos de lágrimas,

porque aún… aún tenía ganas de ti.

Autor: José Prado

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Por si no sabes

Por si no sabes

Escribiré por si no sabes,

cuanto te necesito,

que no soy especial,

ni tampoco bendito.

No se si sabes que sufro,

Como lo hace cualquiera,

que me duele el corazón,

aunque a veces no quiera.

Que recuerdo tus caricias,

y tus requiebros en mi pecho,

tu respiración agitada,

recostada en mí lecho.

Siento la luz de tus ojos,

de fiera tigresa en celo,

tu simpleza al amar,

que me llevó al cielo.

Y por si no lo sabias,

que tú eres mi vida,

la mujer de mis días,

guarda muy bien, esta poesía.

Autor: José Prado

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