olvidarme de tus ojazos,
dejar de sentir que erizas,
el cabello de mis brazos;
imposible seria amor,
que esto me sucediera,
y que de tus besos,
sus recuerdos no tuviera.
Eres un cuadro tatuado,
que me dice un te quiero,
en medio de un corazón,
por tu querer prisionero;
ahí dentro quedaras,
pues con tu silueta,
cubriste las cicatrices,
de una envenenada saeta.
Esa que atravesó mi corazón,
haciéndome pensar, que no podría,
volver nunca más, a sentir amor,
pero tú me enseñaste, que mentía;
pues ahí estas prendida,
a este retazo de ser,
y con tus besos remendaste,
la herida de un mal querer.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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