Ayer, ayer volví

Ayer, ayer volví

Ayer… Busqué en mi almohada,

no fui la verdad muy discreto,

pues con ansia desesperada,

me olvidé de aquel secreto,

porque mi alma enamorada,

estaba sola y sin asueto.

Dejé a mi sueño te buscara,

como a almendros que añoran,

esa lluvia que es muy rara,

cuando su humedad imploran,

así te amo y aunque me agotara,

aún lejano, mis brazos te adoran.

Busqué el calor de tu piel,

aquel que me tapó del frío,

tus carnosos labios de miel,

que endulzaron, mi corazón vacío,

con tu belleza de tierno clavel,

sembrado a orillas de un río.

Ayer añoré tanto besarte,

con esa pasión de boca,

con mis labios amordazarte,

hasta que tu alma, volviese loca,

porque no puedo olvidarte,

si mi amor… por ti se desboca.

Ayer, ayer volví a febrero,

volví a los menos cuarenta,

no necesité un sombrero,

tu ardiente cuerpo me calienta,

y porque no soy hombre altanero,

te extraño, y por eso mi alma revienta.

Autor: José Prado

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