Flor de hielo

Flor de hielo

La tarde fría, en el invierno crudo,

tus pétalos suaves, hoy endurecidos,

en mi recuerdo, a solas triste y mudo,

los ojos por llorar entumecidos.

Mis ojos, hechos para el amor,

hoy solo pueden dar despecho,

solo sienten el inmenso dolor,

porque por dolor, están deshechos.

Flor de invierno, fría sin candor,

sin el tierno toque de embeleso,

ese que identifica a la bella flor,

entre los silvestres helechos.

Así quedó apagada la pasión,

convertida hoy en apagada hoguera,

ya no existe aquella ilusión,

que encendía toda una pradera.

Porque se acabaron los besos,

se oscureció el mismo cielo,

se olvidó el juego travieso,

y te convertiste en flor de hielo.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

José Fernández nuestro 16

José Fernández nuestro 16

El brazo fuerte de un titán,

el pecho altivo de un atleta,

la risa alegre del Zorzal,

de oro de amor, una veta,

en tu alma joven sin mal,

puso Dios solo una meta,

ser un lanzador sin igual,

libre y certero, como una saeta.

Se fue de pronto sin advertir,

como si ya hubiera acabado,

pero tanto faltaba por decir,

si aún casi… casi ni habías jugado,

y tanto tuviste que sufrir,

tanto por haber escapado,

y te fuiste casi… casi sin vivir,

lo que a pulso, hubiste ganado.

Tu familia tiene una semilla,

que de tu ser va a cultivar,

ante ti siempre estará de rodilla,

el baseball y su comunidad,

porque tu vida sin rencilla,

pasó a una linda realidad,

para volver a ser una pesadilla,

por tu muerte sin piedad.

Te recordaremos orgullosos,

todos los que somos cubanos,

pues tu risa y tus sollozos,

fueron de un buen ser humano,

en nuestros recuerdos tus retozos,

de tu mirar, lo limpio y ufano,

y de tu carácter… lo poderoso,

de tu vivir, la amistad de tu mano.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

Dedicado a José Fernández la luz de una comunidad que siempre te recordará y admirará

Ámame con tierna locura

Ámame con tierna locura

¿Como he de despreciar yo tu beso?

¿Como podría alejar de mi, tu caricia?

Si en mi piel, ambos son una delicia,

que me llevan, por mis amores preso.

¿Como alejar de mi piel, a tu piel?

Es ese mi sufrir extremo,

porque por angustias lleno,

sin ti… mi boca se vuelve hiel.

Al cielo me llevas con tus labios,

y al lugar más profundo, si me dejas,

enamorado de las curvas de tus cejas,

y obsesionado con tu pintalabios.

En el rincón oscuro, ya desnudos,

nos amamos como seres alocados,

que importa, si por sentir marcados,

mis rojos labios, quedaron mudos.

Tú ámame, con tierna locura,

y con fiera constancia,

para que nunca la distancia,

separe nuestro amor... y dulzura.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

Quiero que sepas la verdad

Quiero que sepas la verdad

Al recordar mi desconsuelo,

ante aquella cruel separación,

de un amor que pareció bueno,

solo queda justificar, mi impotencia,

que colmó con odio mi conciencia,

y que una vez causó, mucho desvelo,

Pero partió de mi vida el abandono,

porque aprendí de tu indiferencia,

y hoy río, porque ya perdono,

lo que antes me causo dolor,

pues ya no me afecta tu desamor,

para que sufrir, tu sentir condono.

Ya no te culpo, es esa la simpleza,

pues se que no se cambia la realidad,

y aunque se que no te interesa,

hoy tú…tú vas a saber la verdad,

encontré un amor con piedad,

que borró… borró mi tristeza.

Ya no tengo que pedir ni rogar,

lo que debería ser, un placer,

aprendí con este amor de mujer,

a soñar, sin buscar explicaciones,

y que son muy lindas las emociones, 

cuando se disfruta del querer.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

La contienda del amor

La contienda del amor

Cuando un hombre llora, por un mal de amor,

se estremece el cielo, con desespero y añoranza,

y para volver a soñar, o regalar una flor.

¿Dónde hallará consuelo, donde la esperanza?

Dejó el Quijote, aquella enseñanza sin error,

en la vida hay sueños, y también realidad rancia,

en variedad inmensa, en la vida hay desamor,

existe desvelo, hambre y la opulenta abundancia,

¿Para que añorar al amor perdido y llorar?

Déjalo ir hombre insensato, si es tuyo ha de volver,

con el duelo hermoso, por injusto desagravio.

Con besos se arreglará, la contienda y el sangrar,

en tus brazos tu dama bella, volverás a tener,

y con felicidad tierna, se ira tu resabio.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

Nacen lágrimas de sangre

Nacen lágrimas de sangre

Nacen lágrimas de sangre, no puedo recordar,

las razones vanas, ni cuales crueles olvidos,

motivaron aquel odio, tan fuerte y sin par,

que nuestro futuro llenó, de adioses perdidos.

He buscado razones, para el entuerto olvidar,

pero por mucho que busco, no hayan mis sentidos,

explicaciones valederas, que me puedan dejar,

rectitud al pensar, ni perdones sugeridos.

Nacen lágrimas de sangre, no puedo más que sentir,

ese dolor cruel que no descansa, no deja dormir,

porque es asesino, lleno de negra venganza.

En su negro y hondo lugar, allá en el mismo averno,

¿Como he de perdonar, este dolor tan interno?

Te diré… es que todo lo veo, como en lontananza.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

Estúpido amor

Estúpido amor

Hoy solo me he preguntado,

si supiste de mí amar,

si en tu recuerdo grabado,

sabes lo que es un hogar.

Si recuerdas alguna noche,

cuando tranquila se dormía,

mientras un amante fantoche,

inspiraciones le escribía.

A oscuras aquella mi rima,

que con timidez tonta y fría,

apoyado en una tarima,

ni luz, para escribir encendía.

Para que no despertaras,

ni moverme, ni eso podía,

que tristeza no llegaras,

a apreciar mi ilusa porfía.

Fue un estúpido, mi amor,

nunca apreciaste mujer,

un beso, mis poemas, ni una flor,

porque en verdad, no sabes querer.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

Llegó

Llegó

Llegó de nuevo, la alegre sonrisa,

el coqueteo inquieto, agreste y sensual,

de tú alma bella, de corazón sin igual,

tierna y suave, como toque de brisa.

Llegó la carcajada, salvaje y real,

con ella también, la vida sin prisa,

llena de paz, con ese amor de repisa,

lindo de mostrar, porque es limpio y sin mal.

Llegó a mi vida el amor, regresó al fin,

nadando a mi alrededor, como un delfín, 

tierno pero tirano, amante y locuaz.

Llenó de nuevo, mi vacía despensa,

y de amarras, liberó mi alma tensa,

porque su mirada, me trajo la paz.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

Me falta un pedazo de corazón

Me falta un pedazo de corazón

Partió como parte la noche,

cuando llega la luz del sol,

fue como un loco arrebol,

aquel cuchillo malvado,

que sin alguna razón,

cortó un pedazo de corazón,

sin un motivo justificado.

Desde entonces, me falta un pedazo,

un pedazo de corazón, enamorado,

que aquel cuchillo, por la vida olvidado,

la envidia usó, para dejarme triste,

con la terrible y abierta herida,

que sangra sin cura, ni medida,

desde… desde que te fuiste.

Me falta un pedazo de corazón,

y porque sin razón partiste,

es tanto el dolor que infligiste,

al alma fuerte de un varón,

que mutilado por el dolor,

cortó de su vida al amor,

porque ya, ya no tiene ilusión.

Y porque se fue, de sus noches el ardor,

caminó solo la vida, con su roto corazón.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

Volvió el silencio

Volvió el silencio

Risas, pasión, ruido, ternura,

por un tiempo llenaron mi vida,

hasta que una despedida,

dejó a mi alma sin dulzura.

Volvió el amigo silencio,

a envolver mis tardes,

dejó de haber alardes,

por el dolor que evidencio.

Volvió el silencio tranquilo,

sin apuro, ni carácter orgulloso,

sencillo él, pero muy poderoso,

suavemente llegó, con sigilo.

Miré a mi lado, ya no estabas,

partiste como lo hace la torcaza,

volando a su antigua casa,

porque solo a mi lugar emigrabas.

Volvió el silencio fiel,

el tranquilo vivir de antes,

con aquellos viejos instantes,

amargos ellos como la hiel.

Pero la vida es así, inesperada,

hay que tomarla con tranquilidad,

a veces hay mucha felicidad,

y otras… otras por soledad adornada.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

Se acabó el querer

Se acabó el querer

Se acabó la pasión, y el sano querer,

todo llenó, el total aburrimiento,

sentada en aquella silla mujer,

toda inmersa, en tu triste pensamiento.

El llegó buscando solo tener,

egoísta deseo, fugaz como el viento,

que llega y se va, a vagar por doquier,

sin importarle, el tierno sentimiento.

Se acabó el querer, quedó la costumbre,

tan vacía el alma, de amor y ternura,

ya duele el placer, y maldices el sexo.

Es que aquel hierro, esta lleno de herrumbre,

es que partió del hombre la dulzura,

y dejó a tu alma, con dolor anexo.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA

De una estepa estrellada

De una estepa estrellada.

De una estepa estrellada, te saqué,

la luna estaba, estaba tan llena,

además tu cara, risueña y serena,

que a Dios mismo le invoqué,

que aliviara, mi pasada pena,

y en mi alma, allí… allí te guardé.

De la fría noche su añoranza,

de tu rostro tan bello, el sentir,

ese que me hizo, volver a vivir,

y a volver a tener esperanza,

logré y pude, amar y reír,

soñé de nuevo, con prestancia.

Tú figura en mis lugares,

adornando mis momentos,

llenaron con pensamientos,

los vacíos sentimentales,  

y al volver a tener sentimientos,

fui el más feliz de los mortales.

Autor: José Prado

@Derechos reservados por el autor

USA