Tristeza
y desazón
Veo
tu cara hermosa, reina mía,
tus
ojos claros, lanzando destellos,
que
grande es mi tonta osadía,
que
deja mi pecho, sin libre resuello.
Tu
carne tersa, de joven mujer,
llena
de tierna hermosura,
hizo
a mi viejo corazón querer,
con
pasión de joven criatura.
Tu
rostro hoy, triste y enjuto,
me
hizo odiar al tiempo cruel,
que
te ató a un ser que refuto,
porque
sacó de tu alma, tristeza y hiel.
Pero
sola, fuerte y luchadora,
aunque
a veces te doble el dolor,
tu
cuerpo cansado, necesita ahora,
el
apoyo que solo da, un buen amor.
No
ves, en ese interno barullo,
en
tu mente joven, sin experiencia,
que
a tus oídos llega, un murmullo,
de
un querer puro y con sapiencia.
¿Quien
sabe? Dice el triste poeta,
¿Quién
sabe? Si tocará tu corazón,
la
punta ilusa, de la amorosa saeta,
que
te hará olvidar, tristeza y desazón.
Autor: José Prado
@Derechos reservados
por el autor
USA
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