hambriento de carne, de sexo,
eso es lo que siento,
cuando recuerdo tu nombre,
recuerdo tu mirar inocente,
y tú forma de amar,
y siento el deseo inminente,
de tu cuerpo volver a tomar.
Deseos de pasión,
que describen tu ser,
en un recuerdo sublime
que no olvido mujer,
y porque ya no puede ser,
en mis noches hay frío,
y en mi cama, sin querer,
hay un inmenso vacío.
Tu pequeño cuerpo,
me dio la esperanza,
en el color de tus ojos,
que hoy son mi confianza;
y como se que muy pronto,
al fin te voy a tener,
me llenan los deseos de hombre,
por su linda y tierna mujer.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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