Casas, recuerdos, y
horas.
Casas coloniales
de tiempos de la
conquista,
balcones adornados
con tu cara, y tu
sonrisa,
paisaje que sin
querer,
es el homenaje
sublime,
que gloria
imprime
a un nombre de
mujer.
Salteadas nubes
viajeras
pasearon por el
cielo,
como mensajeras
de tu curioso
desvelo,
temperamento
mezclado
de razas
indómitas,
que crearon una
figura,
sensual, y
exótica.
Casas coloniales
embargan
el recuerdo de tu
tiempo,
en ojos que
reflejan
la fortaleza del
viento,
belleza que no
pierden,
su candor, tampoco
aminoran,
casas coloniales
llenas,
llenas… de
recuerdos, y horas.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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