Sentado en
mi cama.
Aquí sentado en
mi cama,
he escrito de
mis dolores,
también de las
pasiones,
que mi cuerpo
derrama.
Aquí sentado,
sufrí sin temor,
el abandono, el
desencanto,
aquí llené con
encantos,
a bellas damas
con amor.
Aquí sentado en
mi cama,
de nuevo me
asalto la duda,
¿Será mi alma
tan dura?
Que al dolor
siempre llama.
Bajé mi cabeza,
arrepentido,
a mi Dios oré en
ayuno,
pues fueron
mucho más que uno,
los pecados
cometidos.
Recordé entonces
tu voz serena,
con aquella
tibieza lozana,
miré ¡OH Dios!
Estaba en mi cama,
hablando con las
estrellas.
Si yo pedí
perdón a Dios pensé,
si sentí que él
me perdonó a mí,
¿Por qué no
perdonarte a ti?
Volví a ser
feliz, y dormido me quedé.
Autor: José Prado
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autor
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