Renació la flor, esa que parecía marchita,
volvió a salir el sol, después de lluviosa noche,
se calmó la tormenta, la luz nació chiquita,
creció ella de nuevo, destruyó al negro fantoche.
Así volvió el amor, a su alma ahora bendita,
como un raudo corcel, que encarriló su coche,
dejando atrás, aquella tristeza infinita,
en caricias de amor, besos en tierno derroche.
Renació la flor, que parecía de muerte herida,
la saeta del desamor, entró y halló la salida,
dolió su alma, pero la vida le perdonó.
Hoy un beso de amor, es siempre tierna despedida,
abrió sus pétalos la flor, que volvió a la vida,
y su amor, ternura y olor, a su amante regaló.
Autor: José Prado
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