Robo
Lejanos encuentros de amor,
nos dejaron en las manos,
luz, pasión, también candor,
felicidad de humanos,
risa ardiente, con el rubor,
de besos, limpios y ufanos.
La mirada era de fuego,
reinaba en ti ilusión,
en tu mente deseo ciego,
en tu pecho, latía el corazón,
sentimiento con apego,
no necesita explicación.
Te amé con locura fiera,
como ama un bandolero,
fuerte como una hoguera,
olvidé ser caballero,
salté a vaginal rivera,
rudo, fuerte y pendenciero.
Bebí del dulce manantial,
penetré entre la roca,
me robé de su sitial,
una flor, como pocas,
rosa linda de coral,
que yo tomé, con mi boca.
Llenándome con amores,
que hoy… mi alma desboca.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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