Tarde para el amor
Tarde blanca, fría y serena, tarde para el amor,
los cuerpos por piel vestidos, furor estrujado,
¿Como huir del travieso libido y su legado?
Que irreverente nos llena, de fulgurante ardor.
Esclavo del corazón, amante apasionado,
furtivo entró a tu morada, oculto trovador,
a dejarte entre mis notas musicales, candor,
y entre mis dedos tu sexo, bien aprisionado.
Mi boca recorrió, tus caminos y veredas,
mis ojos tu cuerpo desnudo, escudriñaron,
entre besos y caricias hallé primaveras.
Cuando de tu lago, ya tus riveras dejaron,
correr el agua por tus suaves enredaderas,
ya por fin mi boca y alma su sed… su sed saciaron.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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