¿Como?
¿Como podré
convencerte
para que me
des tu Corazón?
Para que
dejes ese miedo terrible
que ata tu
sentir y tu razón;
¿Como te pediré
que me beses?
¿Como que
me muestres tu cuerpo?
Sin que te
escandalices
y nos
pongamos de acuerdo.
¿A que temes
mujer?
¿Porque no
puedes liberarte?
de ese insano
temer,
que es en
tu vida una constante,
¿Qué ata tu
vida, los hijos, la sociedad?
todo a su
tiempo vida mía,
todo a su
tiempo pasara
y tú… ¿Dónde
estarás ese día?
Es entonces
cuando me recordaras
cuando de
una oirás mi voz,
quizás
lejana por no existir
pero firme
por su candor,
y
recordaras el día
cuando te pedí
tu figura,
un tierno
pedazo de tu lozanía
y
recordaras mi ternura.
Lloraras
entonces
porque ya
tu piel no será tersa,
se fueron corriendo
los años,
no estarás
en deseo inmersa;
ya no será caliente
verano,
ni otoño
siquiera será,
y tampoco… tampoco
estaré yo
para salvar
tu humanidad.
Autor: José Prado
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