Amanecer de fuego
Sentí en mi alma un barullo,
se estremecieron mis ramas,
era como viento, que en murmullo,
con manos, me decían que me amas.
¡Oye! Me dijiste muy quedo,
y en mi oído fue un vergel,
aquella voz que a mi piel,
convertías, con tu ardor en reflejo.
Sensualmente te pusiste,
sentada sobre mi vientre,
pues ya sabes como siempre,
que el tapete, me moviste.
Piel con piel, aliento con aliento,
fue aquel sexual melodrama,
el despertar, de mi mañana,
con ardientes movimientos.
Nos amamos, con tanto sentimiento,
¿Como no? Si mi corazón palpitaba,
dejándonos el fuego que quemaba,
nuestra piel, fiera tu boca, rico tormento.
Luego ya, descansando del amor fiero,
sentí el olor de tu pelo, su fragancia,
respiré profundo la abundancia,
de tu aroma, y al oído te dije: Te quiero.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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