Entre tus dedos
Subyugados, apresados, tus senos,
con fuerza, por el recuerdo de la pasión,
momento que ilusionado amor,
dejó por sus pasiones prisionero.
Esos dedos despiadados dejaron,
envenenado, tú humano corazón,
y tus pechos inocentes, a la prisión,
como dos reos condenados, enviaron.
Recuerdo guardado llevan tus dedos,
tu ardiente sentir, dejó muy quedo,
erguidos pechos, que tanto sufrieron.
Aquel placer, de sexual masoquismo,
que dolor, convirtió en erotismo,
orgásmico, el sentir que vivieron.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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