Polvo mágico
Dejaron caer por los caminos,
sueños de bellos amores,
en polvos mágicos, divinos,
de orgasmos y temblores.
Bajó del cielo, querella,
la luz de aquel tierno soñar,
en la aureola, tu cara bella,
rostro que nunca he de olvidar.
Tus ojos llenos de temores,
los míos, hubieron de encontrar,
desvaneciendo los horrores,
de quien no te supo amar.
Riendo di gracias al cielo,
pues al verte me di cuenta,
que había quitado tu velo,
y había borrado tu afrenta.
Por fin en mis brazos de hombre,
ahora puedes descansar,
que hoy, ya nada te asombre,
ya puedes volver a amar.
Autor: José Prado
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