Adiós de hojas secas.
Era hora de partir, de dejarte atrás,
mi alma era, como una ciruela pasa,
se arrugaba cada vez, más y más,
dejarte duele, fermenta la masa.
Tus ojos hermosos, tiernos por demás,
con lágrimas de adiós, llevan a casa,
el sentimiento, que en tu pecho harás,
una hoguera, pues la pasión arrasa.
¿Como dejarte mujer que tanto amo?
¿Como olvidar tu piel, tu ardiente cama?
Si parto solo, como parte el tamo.
Si al pensarte, mi ardiente y dulce dama,
secose mi tronco, triste sin ramo,
adiós de hojas secas, en triste rama.
Autor: José Prado
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