Estatua divina
Tantos defectos ven tus ojos,
en tu cuerpo, para mi precioso
no se porque tu mente de hinojos,
no ve que es... que es primoroso,
si yo de él tengo tantos antojos,
ídolo de piedra tan hermoso.
Las curvas que me guían,
mirada que mi alma adora,
tu risa por la que vivían,
los rayos de la mística aurora,
señales de amor me envían,
mi estatua bella y seductora.
Como olvidar tú pelo revuelto,
la locura de tu altiva risa,
si mi corazón se ha vuelto,
tan feliz, como la suave brisa,
y solo grita el sentimiento,
del amor que lo esclaviza.
Mi estatua divina, mi querer,
que más puede decirte un poeta,
si te regala todo el querer,
que pueda haber en el planeta,
a ti que eres… eres la mujer,
que ha resuelto su vendetta.
Autor: José Prado
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