Un homenaje póstumo a quien consideré una segunda madre.
Nena
(Evelia Rodriguez)
En un
día hoy lejano, te conocí,
Veía
al mundo tan ufano,
El
mundo halló por ti,
La
potencia de otra mano,
Increíble
ser humano,
A
amarte Nena yo aprendí.
Rodaba
yo por el mundo,
Osada
me abriste tu puerta,
Diste
alimento al vagabundo,
Reíste
mis fallos con indulgencia,
Increíble
madre bella,
Gente
real que sin impaciencia,
Unió el
amor con mi conciencia,
Entregó
su corazón sin querella,
Zarzuela
cantaron entonces… las estrellas.
No
puedo ocultar mi dolor,
En
este día tan aciago,
No
puedo aguantar el ardor,
Ahora
que a llorar amago.
Vestido viene mi adiós,
con lágrimas de amores,
una fuerte oración a Dios,
para que no sufras ya más dolores.
Descansa ya en paz, mi viejita bella.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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