Monday, November 23, 2015

Solo el tiempo y Dios




Solo el tiempo y Dios

Tenebrosa la tarde del otoño,
sutil es aquel viento, que te envuelve,
arrodillada, ante el roto retoño,
de una rosa, que agoniza y revuelve.

Tenebrosa la luz de tu mirada,
son tan grises, tus perennes entornos,
que de sombras, al llegar la madrugada,
oscurecen, amores y contornos.

Tenebrosas tus rodillas dobladas,
hallaron que sin fuerzas, aún vivían,
y el embate del dolor, martirizadas,
con aquel estoico valor, resistían.

Marchitas rosas… muertas las miradas,
el tiempo y Dios, con su amor las revivían.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA


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