Misteriosa dama de la noche
Misteriosa dama de la noche,
modosa mujer, por el día,
dualidad que maneja derroche,
también paz sin osadía.
Eres como ese arrebol,
un tornado de repente,
para luego ser tibio sol,
calmando ambas, alma y mente.
¿Cómo poder complacerte?
¿Cómo no fallar al amarte?
Si mi deseo de tenerte,
no acaba solo al besarte.
Tu cuerpo me llama encendido,
tu vientre quiere consolarse,
con mi vástago prendido,
y sobre él… sobre él colocarse.
Para dejar en mí, tú huella,
para que sin un reproche,
te corones mujer bella,
como reina, de mi noche.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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