Vagabundo
Caminando por el mundo
voy yo, sin preguntar,
sin tampoco especular,
porque si, yo soy lo que soy,
mí corazón es noble,
de esos que al abrazar,
tranquilizan tú amar,
erguida en solidez de roble.
Amanecía, dócil como la hiedra,
esa misma que al incrustar,
un muro pueden hacen volar,
en mil pedazos de piedra,
no importa la dureza,
solo importa la razón,
que le de a tú corazón,
el testimonio fiel de mí certeza.
Y así con la dureza del bello mármol,
y el amor de una planta hiedra,
dejé que la semilla le permita al árbol,
crecer, antes que lo cortara la sierra,
y mirando entonces a las estrellas,
caminando solo por el mundo,
me volví un vagabundo,
sin amor, pasión, ni querellas.
Autor: José Prado
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