Una vez miré a tus ojos,
su brillo fue etéreo, e infinito,
pensé te voy a desnudar de a poquito,
doblegaré tú amor, poco, a poco.
Haré que se desborden tus olas,
de tú amor romperé todos los diques,
rompeolas, muros, y tabiques,
con mis manos, y mí boca.
A amarme con tú cuerpo te empujo,
a beber mí amor sorbo, a sorbo,
sin apuros, sin estorbo,
nos vamos a saciar sin tapujos.
En mí cuerpo perderás la calma,
porque conmigo caes en el fuego,
olvidas los tabúes, y tú ego,
porque desnudaste tú alma.
Vas a suplicar mis caricias,
cuando me pienses a solas,
porque desbordé tus olas,
y disfruté de tus delicias.
Fui único al amarte, distinto,
fui tierno, y dominante,
soy tú perfecto amante,
llevas el olor de mí cinto.
Nunca volverás a amar igual,
nunca sentirás lo mismo,
fui en tú cuerpo el sismo,
que derribó tú ciudad.
Autor: José Prado
@Derechos
reservados por el autor
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