Friday, November 8, 2013

Dueño afortunado




Dueño afortunado

Miraba un paisaje, hermoso,
que deslumbró mi mirada,
un paraje que en mi almohada,
entre sueños era luminoso,
una cascada tan negra,
como el grafito brilloso,
unos ojos tan oscuros,
como el cielo tormentoso.

Unos hombros alineados,
al perfil de sus caderas,
sus brazos eran ramas,
bellas ramas de ciruelas,
sus pechos imponentes,
montes ufanos, y erectos,
del tamaño perfecto,
me arrobaron de repente.

Los muslos eran marcados,
la piel sobre ellos se estiraba,
en un vaivén enamorado,
en tu muscular pisada,
pisada de pies de princesa,
acostumbrados al escabel,
de las piernas que un pincel,
dibujó con delicadeza.

Desperté sobresaltado,
ante tan inusual imagen,
pensé en los detalles,
de mi sueño enamorado,
entonces miré a mi lado,
a tú durmiente figura,
y del sueño la estructura,
era yo dueño afortunado.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

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