Decisión final
Tuviste un hombre bueno,
al alcance de la mano,
quizás de todo el mundo,
el mejor ser humano.
Y lo dejaste ir
sin siquiera apreciar,
que tu precio quería,
sin remilgos pagar.
Querías matrimonio,
también hijos buscar,
a todo si te decía,
sin nunca pelear.
Quizás es que la mujer,
aunque buena sea,
al malo se arrima,
y con el bueno pelea.
Por eso siempre al final,
sus ojos terminan pagando,
esa fatal decisión final,
y a veces acaban llorando.
Cuando ya es tarde,
cuando no hay regresión,
entonces se dan cuenta,
de su mala decisión.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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