Mujer de viejos tiempos
Llegaste mujer de viejos tiempos, con el hermoso esplendor de antes, que como un valeroso estandarte, ondulabas hoy, en nuevos vientos.
Llegaste así inesperada, como tormenta en primavera, esa… esa que nadie espera, y que nubla la mañana.
Inmóvil casi sin hablar, te miré, vinieron a mí, recuerdos de antaño, de hace tantos, tantos años, cuando en mi vida te adoré.
Te acercaste sin esperarlo, tu boca húmeda, rozó mis labios, llenose de sentimientos varios, mi corazón, no pude soportarlo.
No me dejes en este momento, me dijiste apasionada, que no quede borrada, la ilusión del pensamiento.
Y hombre débil en mi carne, sucumbí a aquella tentación, ¿Cómo podría no desearte? Mujer de viejos tiempos y amor.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
Llegaste mujer de viejos tiempos, con el hermoso esplendor de antes, que como un valeroso estandarte, ondulabas hoy, en nuevos vientos.
Llegaste así inesperada, como tormenta en primavera, esa… esa que nadie espera, y que nubla la mañana.
Inmóvil casi sin hablar, te miré, vinieron a mí, recuerdos de antaño, de hace tantos, tantos años, cuando en mi vida te adoré.
Te acercaste sin esperarlo, tu boca húmeda, rozó mis labios, llenose de sentimientos varios, mi corazón, no pude soportarlo.
No me dejes en este momento, me dijiste apasionada, que no quede borrada, la ilusión del pensamiento.
Y hombre débil en mi carne, sucumbí a aquella tentación, ¿Cómo podría no desearte? Mujer de viejos tiempos y amor.
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