Mujer lejana
Lejana como
siempre, sola comías,
mis ojos de ti,
cada movimiento,
con admiración,
sano sentimiento,
tu roja boca, yo
soñaba, sentía.
Te dije palabras,
reíste penosa,
comprendiste que
aún yo te pensaba,
que aunque lejos
de mi, te sentabas,
mis ojos te
observaban, mi diosa.
Me di cuenta de
risa, y tu boca,
devaneo, de tus
numerosas dudas,
que tus deseos
escondidos, derrota.
Y te deseé con
inmensa ternura,
mi mujer lejana,
que vuelves loca,
ilusa razón con
tu hermosura.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
No comments:
Post a Comment