para poder amarte a mis anchas,
mojada nuestra piel ardiente,
solo en ellas quedarían las manchas,
que al amarnos, con querer herviente,
nuestras bocas, dejaran en marcas.
Al cielo raso, tú solo pide,
en el mar, o en la sabana,
en la tarde o en la mañana,
porque mi corazón es libre,
solo descansa con maña,
tú abre bien los brazos,
déjame hacerte pedazos,
atada a mi tela de araña.
Regálame tu orgasmo,
regálame tus gritos,
arráncame a pedacitos,
este amor, sin sarcasmos,
ya pasaron aquellos viejos años,
cuando no quería marcaran mi cuello,
hoy, como si me arrancas el cabello,
quiero subir al cielo sin peldaños.
Llévame tú, liberaré tu cuerpo,
ahora húmedo por el amor,
ya mi trampa cubrió de olor,
el dolor de amar con sufrimiento,
ya olvidaras todo el lamento,
que causé en tu cuerpo con saña,
ya quedaron tus pensamientos,
atrapados en mi tela de araña.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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