Amor cobarde
Nadie supo de aquel, tu amor,
a pesar de ser muy ardiente,
nadie del sentir de tu corazón,
del tierno vibrar, dolorido vientre,
nunca alguien que bien centre,
el mover del mismo sentimiento,
vio en ti algún fundamento,
pues a pesar de ser profundo,
nadie veía mujer, tu sufrimiento,
mucho más grande… que el mundo.
Pasó tiempo, de pronto el día llegó,
a tu hombre no brillaron sus ojos,
miraste desesperada, a su alrededor,
imploraste a Dios, piedad de hinojos,
cuando viste al rostro amado,
ahora surcado por mil arrugas,
causa del tiempo y sus torturas,
a un hombre que te esperó,
hasta la misma muerte, sin las dulzuras,
de un amor… que nunca se atrevió.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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