Perfume de azucena
Quedó aquel… tu perfume de azucena,
en mi olfato de hombre, perenne y fino,
tu vientre y muslos, fueron la alacena,
que me llenó, de intenso desatino.
Bajó amor por camino sin cadena,
llegaron besos, a inquieto destino,
dejando desesperación que apena,
con los gruñidos, de un fiero felino.
De nuevo aspiré, aroma de azucena,
de nuevo sentí, mi deseo mezquino,
que mi corazón fiero, desenfrena.
Volví a tener barco, fui tu marino,
volví a caminar, por ardiente arena,
con ese aroma… para mi divino.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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