Noche cansada de
sombras.
La noche
cansada de sombras,
huyó corriendo
al palmar,
buscando
los recuerdos,
que la hacían
soñar,
recordando
sus estrellas,
sus rayos
de luna,
y lloraba
la noche
sus años
sin fortuna.
Lloraba la
soledad infinita,
sus sueños
no realizados,
nunca conoció
al sol,
su eterno
enamorado,
fue la
noche cansada de sombras,
o llorar todo
su deseo,
a gritar al
sol que nacía,
de amor todo
su deseo.
Y en su
soledad infinita,
diose
cuenta la luna,
que podía
tocar el cielo,
de sus estrellas
la cuna,
sintió
entonces el calor,
que a su
alrededor rondaba,
la tocaba
un rayo de sol,
al final de
su madrugada.
Riose
entonces la luna,
se olvidó
de su tristeza,
vería al
sol cada madrugada
y le daría a
él su belleza,
él con sus
rayos dorados
le regalaría
un amanecer,
y ella como
un beso en sus labios,
de amor, de
amor un atardecer.
Autor: José Prado
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