Poseída.
Una vez mire
tus ojos,
imaginé con
alegría,
que una vez
con arrojo,
yo te hice toda
mía;
no esperé
en agonía,
por el
deseo rogado,
te besé
porque ardía,
mi cuerpo
exaltado.
Te hice
cabalgar,
en los
brazos del placer,
me pediste
golpeara,
tus glúteos
de mujer,
de tu
cuerpo tener,
no miento, lo
tuve todo,
en mi boca
tu néctar,
en mi sexo,
tus modos.
Supe darte
la vida,
que tanto
anhelabas,
y penetre
tus deseos,
acostada en
mi cama,
saboreé totalmente,
la fruta de
tu amor,
de néctares
mojada,
en mi boca
quedó tu sabor.
Así te
recuerdo mujer de sol,
como
amazona montada,
en un
caballo de amor,
en aquellas
madrugadas,
y luego tú
descanso,
a mi cuerpo
apretada,
de pensarte
no me canso,
a mí pecho
recostada.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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