¡Si tú supieras!
Si tú supieras que al mirar
tus ojos,
se me alumbra toda mi vida,
si supieras, que cuando miro
una flor,
recuerdo tu rostro, y con un
rubor,
me erizo todo, de pies a
cabeza,
porque siento, de tu cuerpo
el calor,
de tu rostro el amor, y su
belleza.
Si lo supieras, ¡Ay! No dudarías,
Si lo supieras, ¡Ay! No dudarías,
no huirías de todo mi deseo,
estarías siempre, a mi lado
cantarías,
también sabrías, que cuando
no te veo,
necesito tu voz ilusionada,
porque solo con tu coqueteo,
engalanaste mis alboradas.
Si supieras que sentir tu
cuerpo,
endulzó mi vida, mi estancia,
en aquel lejano hotel,
que me llenó de ansias;
descubrí de pronto, cayendo
el sol,
que ni la mayor distancia,
puede contra el deseo del
amor.
No dudé para tomar tu mano,
pues ya… ya te conocía,
y como una fruta predilecta,
en sazón y medida, te tenía;
en tu boca, posé mis labios,
y con ternura perfecta,
calmó tu saliva, a mis
resabios.
Si tú supieras, que me
enseñaste,
a olvidarme hasta de mí,
a sentirme feliz, viéndote a
ti,
disfrutar mis locuras, sin
enojarte,
si tú supieras, que aquel
momento,
de una calmó mí sufrir, al
amarte,
con el ardor de nuestros
cuerpos.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA
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