Imagen
Vi tu cara
coqueta
cuando atardecía,
y se quebró
de una
la voluntad
mía,
me llene de
deseo
como un
hambriento chacal
en las
noches oscuras
oculto en
el matorral.
Se cambio
el paisaje
de una
forma total,
como lo
hace un terremoto
sin aviso,
ni piedad;
y mi cuerpo
reacciono
ante tu
bella imagen,
como lo
hace el mar
con su
intenso oleaje.
Recibí
impulsos en mi cuerpo
recibí energía
vibrante,
recibí tu
mirada, para mi ardiente
y a la vez desespérante,
y yo lejos
de tu piel,
lejos de tus
pechos,
aun sentí tu
aroma
que inspiro
mis versos.
Y de tu
imagen gemela
de tu ser
lleno de inquietud,
me lleve la
belleza
de tu
juventud,
y reí para
mis adentros,
por
instinto natural,
como aúlla
en la pradera
el
hambriento chacal.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
Miami 9/5/12
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