Gota, a gota
Agua cubría tú
tersa piel,
morena exactitud
de belleza,
obra hermosa de
la naturaleza,
cascada eras de
libada miel,
y dentro de mí
loca sien,
mirando fijo tú
desnudez,
descubría algo nuevo
cada vez,
que movía mis
manos,
que sin piedad
profano,
acariciaba todo tú
ser.
Agua rodaba por
tú piel,
gotas de plata
quedaban,
en tú vientre, y
develaban,
el ardor de tú
querer,
y sin poderlo
entender,
caí en un
profundo abismo,
que me llevo al
paroxismo,
en tú cuerpo de
mujer,
en el me perdí
sin querer,
guiado por mí
erotismo.
Bebí sorbo, a
sorbo, cada gota,
que en tú cuerpo
encontraba,
sabor dulce
dejabas,
en los labios de
mi boca,
oía tú tierno
gemir que evoca
los excesos de tú
fuerte amar,
y como la cascada
que brota,
de un monte que
es volcán,
evaporé tú agua
como un imán,
con mis labios,
gota a gota.
Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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