Thursday, October 31, 2013

Epidemia de amor



Epidemia de amor

Sepa pues dijo el historiador,
que hablaba de Romeo, y Julieta,
que es fácil morir de amor,
como cuenta la historieta.

Pues como es un mal,
padecido por los humanos,
no se si será tan mal,
amarnos pues… con las manos.

La epidemia de hoy día,
esta en la red social,
que enseña sin medida,
una nueva forma de amar.

No se si será natural,
tampoco se si será ético,
pero hoy es muy normal,
el amor, si, el cibernético.

Y con este nuevo invento
que nos alegra al corazón,
hoy en las redes tenemos,
una epidemia de amor.

Autor: José Prado
Derechos reservados por el autor
USA

Si algo yo pidiera



Si algo yo pidiera

Que lastima de amor,
tantas horas perdidas,
tú siendo tan joven,
y yo tarde en mi vida.

¿Por qué? Es mi amor,
un nudo tenso, terrible,
que nadie puede zafar,
y pueda evitar destruirme.

¿Por qué huye la felicidad?
dejando mi vida frustrada,
sin saber ¿como, o por que?
Olvidada, y maltratada.

Que lastima de corazón
condenado a la soledad,
sin espacio, ni tiempo,
para ya volver a amar.

Si algo yo mereciera,
si algo a Dios pudiera pedir,
solo un buen amor yo pidiera,
otra vez, antes de morir.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

Por eso no te he llamado




Por eso no te he llamado

Yo te quiero con locura,
no dejo de pensar en ti,
porque deseo tu dulzura,
toda, toda para mí.

No se tú, pero yo quisiera,
tu cintura en mis brazos tomar,
besar tus labios siquiera,
y en tus pechos descansar.

Pero un momento letal,
en que dudaste de mi vida,
rompió mi felicidad,
que ahora se haya perdida.

Ahora en este momento,
tuve… tuve que dejarte ir,
aunque me doliera el alma,
y muriera al verte partir.

Creeme no es la primera vez
que mi corazón ha dolido,
que un amor ha llorado,
cuando este se ha ido.

Es parte de la experiencia
el ahora saber que hacer,
por eso hoy no te he llamado,
y aunque muera, no lo he de hacer.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

Wednesday, October 30, 2013

Eterna condena




Eterna condena

Era mañana, ya amanecía,
tu cuerpo era de fuego,
estaba muy azul el cielo,
y yo de ganas desvanecía,
tuve entonces la osadía,
de tu barco, salir buscar,
para poderlo abordar,
tú dijiste ven, te ansío,
ancla tu cuerpo al mío,
yo me dejaré amar.

Anda, surca todos mis valles,
inunda mis entrañas de mar,
que también, tengo ganas de amar,
no dejes que de amor desmaye,
dejaré que tus formas ensayes,
ven, ahora bebe mis labios tibios,
sentí entonces un gran alivio,
y como un pirata de amor,
besé tus labios con ardor,
y abordé tu cuerpo con delirio.

Madero soy, estoy al rojo vivo,
no puedo aún dejar apagar,
estas inmensas ganas de amar,
que derriten mis sentidos,
no puedo parar, sin motivo,
tu cuerpo me atrae, me quema,
me ata con una fuerte cadena,
y como un esclavo de amor,
te entrego, todo mi corazón,
para cumplir, mi eterna condena.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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Sunday, October 27, 2013

No te confundas


No te confundas

Hoy me viste, sin darme cuenta,
y pensaste que mi andar,
era lento, y triste al caminar,
como sintiendo una afrenta,
me lo dijo el corazón,
de alguien que contigo estaba,
que tus hechos ensalzabas,
por mí supuesto desamor.

No pienses que es dolor,
la humedad de mi mirada,
es que fui feliz con la amiga
esa misma, con quien estabas,
no quería que lo supieras,
porque no te guardo rencor,
pero tu malvado corazón,
merece que lo hiriera.

Si una vez lloraron mis ojos,
cuando heriste mi sentir,
el tiempo me dejó volver a vivir,
con fuerza, ardor,  y arrojo,
ya rompí los cerrojos,
que una vez ataron mi querer,
y esa amiga que es mujer,
me amó, y abrió los ojos.

Equivocaste pues mi andar
que era lento, y calmado,
es que otro amor he encontrado,
y ahora lo quiero disfrutar,
por eso es lento mi caminar,
disfruto cada uno de mis pasos,
y el amor de sus ojazos,
no tengo tiempo para odiar.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor

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Saturday, October 26, 2013

Que triste es la vida sin ti



Que triste es la vida sin ti

No llamaste a mi puerta,
ni te acordaste más de mí,
sentí mi alma muerta,
porque se que te perdí.

Recordé tu mirada
y sentí nostalgia,
porque te veía, lejos,
lejos en la distancia.

Porque no tenía
tu risa, ni tú mirar,
porque no quería,
ya volver a amar.

Que triste fue esta mañana
que triste sin tu querer,
que triste es la vida
sin ti… sin ti mujer.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

Verano acabado



Verano acabado

Llegué a un lugar extraño,
y vi unos ojos tan bellos,
que me hicieron mucho daño,
con sus fulgurantes destellos.

Sentí de una en mi mente,
un murmullo intenso,
y unas ganas de poseerte,
con un deseo inmenso.

Recordé en un minuto,
el momento fugaz,
del aquel joven tiempo,
y su energía vital.

Vibró en mis brazos
tu carne hermosa,
sentí que en pedazos,
estaba mi alma rota.

Porque un verano acabado,
volvió a tener un día de calor,
pero el otoño ha llegado,
del calor terminó la estación.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

Un minuto fatal




Un minuto fatal

Por primera vez oí tu llanto,
y fue algo tan terrible,
que me dolería tanto,
aún si no fuera sensible.

Sentí de tu vida un sollozo,
luego un silencio profundo,
minuto fatal, doloroso,
que oscureció todo mi mundo.

Se me erizaba la piel,
acabo de pronto lo bueno,
fue un momento cruel,
y de impotencia lleno.

Sentí que un puñal
atravesaba mi pecho,
y me sentí criminal,
sin nada haber hecho.

No podía yo lograr,
que la niña de mis ojos,
cambiara su tono rojo,
por su color natural.

No había sentido momento,
tan triste, y sin igual,
me lleno de sufrimiento,
porque fue un minuto fatal.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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Thursday, October 24, 2013

Hembra dueña del amor



Hembra dueña del amor
(Soneto)

La luna brillaba en noche húmeda de verano,
caminando por la playa oscura, allá en mi tierra,
donde hay calor en la playa, el llano, o en la sierra,
donde el invierno, y el verano se dan la mano.

Danza caliente, rampante, palpitaba en mis venas,
sangre espesa, labios de sal, y arena, soy cubano,
el Caribe me llenó, de risa, soy bailador ufano,
que se burla del dolor, y emborracha con las penas.

Del sol del mediodía, tome el calor, aunque serena,
la mujer que me guste para soñar, sintiendo ardor,
que el trópico la bañe, mística Diosa del candor.

Armoniosa, suave, tu voz sensual, y negra melena,
me hiciste feliz, con tu bello cuerpo de sirena,
en aquella noche oscura, hembra dueña del amor.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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Wednesday, October 23, 2013

Atardecer de pasiones



Atardecer de pasiones

Cae el sol entre las lomas,
entre palmas, viento, y arrullo,
de un lago siento el murmullo,
y tú…tú olías a rosas,
eras virginal, mujer hermosa,
entre aquellos paisajes,
lo más bello del paraje,
tu pelo suelto, como una diosa.

Atardecer de pasiones,
se acercaba presuroso,
aquel cuerpo sinuoso,
era peligro de emociones,
tu mirada, límpida, angelical,
se metió tan dentro de mí,
como un acero te sentí,
en estocada medieval.

Por el murmullo me dejé llevar,
por los susurros del viento,
por tu pelo negro, y suelto,
por el sentir sin igual,
y bajo la tenue luz del lugar,
te tomé entre mis brazos,
e hice de tu alma pedazos,
que nunca más podrás empatar.

Porque en aquel atardecer,
de lugares solitarios,
mi amor fue el relicario,
sobre tu cuello de mujer,
yo te amé a más no poder,
de tu sexo rompí la copa,
yo fui el primero en tu querer,
y tu sangre esa… esa quedó en mi ropa.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
USA

Monday, October 21, 2013

¿Como te podría amar?



¿Como te podría amar?

¿Cómo? podrías imaginar,
como, y cuanto te añoré,
cuanto, y como yo te amé,
en mi intensa soledad.

¿Cómo? quieres ahora lograr,
que renazca un sentimiento,
si una vez mi pensamiento,
despreciaste como amar.

¿Cómo? si tuviste miedo,
como si me negaste tu besar,
quieres alcanzar ahora al cielo,
si a el no quisiste llegar.

¿Como? dime tú, puedo
llegar a volverte a amar,
si tu deseo, y tu soñar,
a esperarme tuvo miedo.

Y ahora ya en el final,
de lo que una vez fue vida,
como en mi despedida,
te podría… te podría yo amar.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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No extraño tu recuerdo





No extraño tu recuerdo

Como te extrañaba amor,
tenía siempre ganas de amarte,
de entre mis brazos besarte,
de tenerte cerca de mi corazón.

Como te extrañaba amor,
en mis noches a solas,
cuando las hermosas amapolas,
ya olvidaban su color.

No me importaba el honor
ni mis ojos, ni mi llanto,
todos habían hecho un pacto,
con la tristeza, y el dolor.

Y ahora de pronto tan lejos,
este recuerdo de antaño,
sus amores, y sus años,
sus olvidos sin regreso.

Vuelvo a ser totalmente cuerdo,
porque olvidé la soledad,
y me doy cuenta en realidad,
que ya no extraño, tu recuerdo.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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Mucho mas amor




Mucho más amor

Tu cuello estaba besando,
era momento de ardor,
tu cuerpo, al mío pegado,
todo sexo, todo sudor,
tu pozo estaba abierto,
para que tomara de él,
toda el agua de amor,
que precisara mi sed.

Sentí un escalofrío,
sentí mi cuerpo reaccionar,
un suspiro muy abajo,
desde lo profundo del mar,
y me di cuenta de pronto,
que más que dulzura, y miel,
mi cuerpo necesitaba,
el calor, inmenso de tu piel.

Tomé tu cuerpo entonces,
rudamente, por querer,
y en su centro, puse al hombre,
para que te sintieras mujer,
un beso mordido, salvaje,
dejé dentro de tu corazón,
no hubo dudas, ni ambages,
no era deseo, era mucho más amor.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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Sunday, October 20, 2013

Mujer Oriental



Mujer Oriental

Amarilla palidez de rosa,
con la hermosura celestial,
que te regaló Dios, preciosa,
hermosa mujer oriental,
naciente sol que te diera,
la rasgada timidez,
de la mirada que rindiera,
al mismo, bello amanecer.

Curva línea tus caderas,
que como el gran Paraná,
llenan de agua la pradera,
que tu amor hace retoñar,
y tus ojos, negros, y rasgados,
son la exuberante rivera,
por tu belleza inundados,
de sueños, y de quimeras.

Seda tierna, en los ojos plebeyos,
mirando tú piel, hermoso broche,
cubierta de finura en tus vellos,
y tu lacia cabellera de noche;
y con tu enamorado mirar,
y esa risa de tu boca,
quedó preso mi tierno amar,
en un alma, alma por ti loca.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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Mujer de cielo





Mujer de cielo

Negra, negra era la noche,
mulata la hizo la luz de luna,
un manto de luz cubrió su cuna,
dormida en alcohólico derroche,
quedaban aquí en mi cama,
los rastros de aquel manto,
que llenaron con su encanto,
las fundas de mis almohadas.

En las penumbras de la madrugada,
te escondías de mis desvelos,
mulata noche ¿A qué jugabas?
¿A que dime tú, le tenias miedo?
Dime ahora, estoy aún sereno,
si es un sueño tu cuerpo bello,
si de pensarte acabó el resuello,
por tu amor, mujer de cielo.

Tu cuerpo a mi lado dormía,
tranquila estabas sobre mi pecho,
con sonidos que por bien hechos,
excitaban, noche mulata al alma mía,
desperté sudado, ¿Que era aquello?
¿Que recordaba con tanto amor?
eran tus besos que con pasión,
una vez me amaron, mujer de cielo.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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Friday, October 18, 2013

Ardiente llamarada



Ardiente llamarada

Cuando la pasión corría los llanos,
de tu cuerpo como gacela,
nacía en el centro de la alameda
el gemir de muchos lagos,
sentía yo por todos lados,
admirado el sonido del amor,
penetrado ya tu ardor,
con ternura de enamorados.

Fue dulce la experiencia,
volví a sentir pasión,
se despertó otra vez el león,
que pacía en la impaciencia,
mordí tus carnes, rabioso,
apreté tus senos sin clemencia,
con la feroz desesperación,
de la templada indecencia.

Te dije muy quedo groserías,
esas que solo dicen los amantes,
en esos mismos instantes,
que otros hombres callarían,
pero yo no soy caballero,
a la hora esta de amar,
amo como un animal,
y grito al mundo entero.

Detesto el silencio, que me apaga,
detesto la callada tranquilidad,
quiero gritos, en la intimidad,
quiero encendida mi llama,
y quien haya sido mi dama,
ya conoce mis momentos,
sabrá que yo no miento,
soy ardiente llamarada.

Autor: José Prado
@Derechos reservados por el autor
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Es culpa del desamor




Es culpa del desamor

Nació todo del dolor,
por un amor profundo,
que se fue una tarde,
a vagar por el mundo.

Se olvidaron los días,
de intenso amor,
se fue la alegría,
de mi iluso corazón.

Me quedé a un lado,
buscando a una mujer,
que amé mucho un día,
y que ya no puedo ver.

Y con ella, mis hijos volaron,
abriendo pronto sus alas,
como las de Peter Pan,
en el famoso cuento de hadas.

Y yo solo, odiando aquel adiós,
hice una sincera oración,
¿Por que te llevaste mi corazón?
Dije, preguntándole a Dios,

Y él rápido me respondió
con su dulce y amorosa voz,
no es culpa, no es culpa tuya,
es culpa hombre, del desamor.

Autor: José Prado
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